Te presentamos un montón de formas diferentes para ponerse la bufanda. Ve el siguiente video y explora todas las creativas posibilidades que nos entrega una bufanda y crea tu propio estilo para el frío. En lugar de simplemente envolver la bufanda a tu cuello, puede seguir estas sencillas instrucciones y diseñar mini obras. Atrevete.....
domingo, 12 de abril de 2015
Muchas creativas formas para amarrarte una bufanda o pañoleta
Te presentamos un montón de formas diferentes para ponerse la bufanda. Ve el siguiente video y explora todas las creativas posibilidades que nos entrega una bufanda y crea tu propio estilo para el frío. En lugar de simplemente envolver la bufanda a tu cuello, puede seguir estas sencillas instrucciones y diseñar mini obras. Atrevete.....
miércoles, 25 de marzo de 2015
Un mundo sin quejas: el reto de los 21 días
¿Puedes aguantar un día entero sin quejarte?
La queja es un ejercicio cotidiano. Nos quejamos todo el tiempo: del clima, de la seguridad, de que el dinero ya no alcanza y sobre todo de nuestros semejantes. Este hábito mecánico no sólo no soluciona nada, sino que por el contrario enfoca nuestra atención en las cosas que NO queremos en lugar de las que SÍ queremos.
Hay estudios que afirman que en promedio nos quejamos unas veinte veces diarias y la mayoría de las veces por cosas triviales. Siempre parece haber una excusa para hablar mal de los demás y del mundo que nos rodea.
Ante este panorama recordé el ejercicio que había leído una mañana: 24 Horas sin
quejarse.
El ejercicio está sacado del libro Coaching personal de Pam Richardson.
Busqué por internet y encontré Un mundo sin quejas, una iniciativa
que propone aguantar 21 días sin quejarse para convertirlo en un hábito. Estuve
leyendo y me convencí de que los beneficios de este reto podían ser increíbles;
desde no generar un mal ambiente hasta controlar mis pensamientos negativos. Esto lo que quiere decir, es que si no vas a cambiar un problema enfrentándote a él, al quejarte con otras personas solo consigues que ese problema crezca.
En el 2006 el pastor Will Bowen propuso en uno de sus sermones
matutinos permanecer 21 días sin quejarse, sin hablar mal de nadie y sin
criticar. Esto incluye no quejarse siquiera de uno mismo, así sea “me duele la
cabeza” o “nada me está saliendo bien”. La cifra de 21 días obedece a que según
algunos psicólogos, es el tiempo que cuesta crear un
nuevo hábito en el cerebro.
Bowen, para hacer el ejercicio más serio, repartió a cada uno de
sus feligreses una pulsera morada y les indicó que cada vez que se
sorprendieran a sí mismos en una queja, una crítica o un chisme, se la
cambiaran de muñeca y volvieran a empezar.
Casi
todos los que empezaron la experiencia la acabaron, pero a la mayoría les costó una media de cinco
meses, un tiempo que evidencia la presencia de la cultura de la queja en
nuestras vidas.
►La
costumbre del lamento
El problema de estar siempre quejándonos es que acostumbramos al
cerebro a emitir mensajes negativos y a ver sólo el lado oscuro de las cosas.
Por el contrario, cuando somos optimistas –o “somos impecables con nuestras
palabras”, como propone Miguel Ruiz-. nuestra energía sube y tenemos ganas de
actuar en el mundo y de hacer felices a los demás.
No es fácil evitar la queja en un mundo donde nos hemos habituado a usarla como
punta de lanza en nuestra batalla contra los demás.“¿Cómo no quejarse de la
injusticia, de la violencia o el maltrato, o de los bajos sueldos?” , dice el sentido común.
En realidad, evitar la queja no significa dejar de actuar para
mejorar el mundo, abstenerse de peticionar ante las autoridades o dejar de reclamar
el cumplimiento de la ley. Quejarse no debe confundirse con la crítica
constructiva a través de la cual le hacemos saber a alguien que ha cometido un
error, y no significa soportar malas conductas o actitudes. Hace falta hacernos
conscientes de que, pese a todas las injusticias mundanas que podríamos hallar
para quejarnos de viva voz y con toda razón, la mayoría de las veces nos
quejamos de temas triviales y ante nuestros seres más cercanos.
La queja asoma de forma mecánica, se nos pega ante la cercanía
de quejosos consuetudinarios o la copiamos inconscientemente de la letanía de
quejas que bombardean los medios de comunicación.
La queja a evitar es esa rutina inútil e improductiva, la
palabra negra que lanzamos a diestra y siniestra incluso ante situaciones que
no tienen solución. Es un ejercicio de higiene de la palabra, que nos vuelve
más fuertes.
Una buena forma de suprimir el hábito de la queja es sustituirla
por palabras de gratitud. Siempre, aunque parezca exagerado, podemos hallar
motivos para estar agradecidos, que se desprenden de lo mismo que motiva
nuestro lamento. Por ejemplo, si estamos enfermos podemos quejarnos de dolores,
pero al mismo tiempo, podemos sentir gratitud por estar vivos. En cualquier
situación, por dramática que parezca, es posible hallar la contracara, el
espejo de la queja, que es algo para agradecer.
Para construir un mundo sin quejas, no hace falta necesariamente
una pulsera morada. Se puede utilizar una piedra en el bolsillo o cualquier
otro recordatorio sencillo. Lo importante es la observación y la vigilia para
ir modificando la tendencia al comentario negativo.
Y
si lo logras, Al cabo de 21 días sin quejas, sin críticas y sin chismes, habrás
hecho de tu vida un paraíso en la tierra, como dice Miguel Ruiz en sus “Cuatro
acuerdos”. Tendrás mejor ánimo, menos dolores, relaciones más favorables,
mayor autoestima. Serás una persona más feliz, más congruente y armoniosa.
Y tú... ¿Te animas a probarlo?
¿Puedes aguantar 24 horas in quejarte?, o mas aún; ¿Podrías alcanzar el reto de los 21 días?
¡Empieza ahora mismo retando a alguien!
martes, 24 de marzo de 2015
Como reducir tu estómago sin cirugía de forma 100% Natural
Existen personas a las que se catalogan de tener una gran fuerza de
voluntad para realizar dietas y rebajar sumamente rápido. Esto se debe
fundamentalmente a su capacidad de controlar su apetito. Acá vamos a explicar como podemos nuestro estomago de
forma 100% natural y así poder lograr nuestra meta de bajar de peso.
El exceso de hambre en
si, no es un síntoma de ninguna enfermedad, pero si es una forma de nuestro
cuerpo comunicarse con nosotros y decirnos que algo no anda bien. Al consumir
una diete basada en carne roja, huevos, lácteos, embutidos, grasas, muchos carbohidratos
y pocas proteínas. No estamos consumiendo los nutrientes necesarios para
nuestro organismo y este empieza a pedirnos más alimentos para poder
sobrevivir.
COMO DISMINUIR NUESTRO
APETITO DE FORMA NATURAL?
Consejo #1: En partes iguales vamos a moler Linaza, Salvado de Trigo y
Psyllium y los vamos a mezclar. Tomaremos de una a dos cucharadas grandes
de la mezcla en un vaso de agua 10 a 15 minutos antes de cada comida.
Esto tres componentes
son fibras naturales que van activar nuestra digestión, a la vez que van a
ocupar gran parte de nuestro estomago y nos van a permitir ingerir menor
cantidad de comida.
Consejo #2: Vamos variar nuestras
comidas, modificando nuestra alimentación. Debemos siempre desayunarnos, el
desayuno es la comida mas importante del día, es por ello que
debe ser la comida mas completa que vamos a ingerir. (Carbohidratos, proteinas
y vitaminas A y C.) Debemos de comer una merienda entre cada comida principal. (Siempre
una fruta de cascara fina).
El almuerzo, deberá ser
un poco mas moderado, en este no debemos de consumir azucares de ningún tipo y
vamos a disminuir los carbohidratos. Vamos a comer mas proteínas que
carbohidratos.
Para la cena vamos a
eliminar completamente los carbohidratos y solo comeremos proteínas y
vitaminas, al igual que grasas naturales. (Vegetales, pescados, carnes blancas,
frutos secos).
Este último consejo, busca
preparar a nuestro organismo para el ayuno mas grande que tenemos al día que se
lleva a cabo durante la noche. Cuando cenamos pesado, nuestro
estomago se ensancha y durante la noche digerimos esos alimentos, lo que
provoca que nos levantemos con mucho apetito y durante
ese circulo vicioso se desarrolla el exceso de hambre. Hacer
lo contrario va a reducir nuestro estomago poco a poco hasta tener un estomago
del tamaño adecuado y que no nos exija tantos alimentos.
Seis palabras que le restan fuerza a tu currículum
Los candidatos deben eliminar frases repetidas y
lugares comunes, recomendaron expertos. Hasta 70% de los postulantes no pasan
el primer filtro por la calidad de su currículum.
Los
reclutadores cuentan con muy poco tiempo para desechar o seleccionar a partir
de decenas de candidatos para una sola posición. Por ello, diferenciarse del
resto es el mayor reto para los candidatos.
“Tienes 30 segundos para que el
currículum atrape el interés del reclutador. Después, la curva de atención va
para abajo”, dijo la CEO de la consultora de talento Shore Consulting Group,
Linda Shore. Los especialistas recomiendan eliminar adjetivos y describir las
cualidades a través de logros medibles.
“Entre el 40% y el 70% de los candidatos
no pasan el primer filtro, que es el currículum”, dijo la directora general del
portal de empleo trabajando.com, Margarita Chico. Los candidatos suelen
recurrir a frases repetidas y generales que no expresan sus cualidades
particulares.
Además suelen emplear términos poco
específicos sobre sus metas y objetivos, llamados por los reclutadores
“muletillas del currículum”. “El candidato trata de permanecer en un contexto
tan general, para no ser sesgados en los procesos de selección, y termina por
hacer currículums ambiguos”, dijo Elizabeth Paullada, Gerente Ejecutiva de Page
Personnel.
Si la mayoría emplea las mismas palabras
para describir su trayectoria, el candidato que describe sus cualidades a
través de resultados proyectará una mejor imagen curricular. Las siguientes
palabras no deberían aparecer en ningún currículum del siglo XXI, según las
expertas consultadas:
1. Desarrollo profesional
Las muletillas son palabras que no
comunican mucho. Una de las más utilizadas es “Busco desarrollarme
profesionalmente en una empresa que…”. “Ya sabemos que ese es el objetivo
obvio, pero ¿qué es realmente lo que quieres?”, recomienda Chico. Por ejemplo:
“Quiero ocupar una gerencia comercial”.
2. Lider
Si el postulante se presenta como
formador de líderes y preparación de ejecutivos a su cargo, tiene que probarlo
y no solo usarlo como adjetivo. “Hay candidatos que no han tenido gente a cargo
y ponen liderazgo”, señaló Paullada. Aunque existe el liderazgo nato, las
empresas se basan en resultados para evaluar.
3. Orientado a resultados y “high energy”
Las palabras también están sujetas a
modas y lugares comunes. Actualmente existe una tendencia por destacar estas
dos palabras que un reclutador encontraría más atractivas si en lugar de
tratarse de adjetivos calificativo fueran acciones. Por ejemplo: “Incrementé
las ventas en 20% en los primeros dos años, superando la expectativa de 15%”.
“¡Eso es estar orientado a resultados y no tuviste que decirlo”, explicó Shore.
4. “Experiencia de X número de años”
Más allá de subrayar el número de años,
el énfasis debe centrarse en la experiencia por funciones. Por ejemplo, en
lugar de decir 20 años de experiencia en recursos humanos, explicar si es en
reclutamiento, capacitación, etc., y, mejor aún, exponer los logros conseguidos
en cada una de ellas, aseguró Chico.
5- “Aunque”, “pero”, “sin embargo”
“Las palabras que planteen una excusa o
una situación en negativo deben ser removidas de cualquier hoja de vida”,
explicó Paullada. En algunas ocasiones, los candidatos exponen una situación de
crisis para demostrar que ellos hicieron bien su trabajo. Por ejemplo: “Aunque
no llegamos a nuestra meta, yo conseguí que los clientes….”. En su lugar, se
recomienda enfocarse en lo que sí se logró y hablar siempre en positivo.
6- Información familiar
La información familiar (padre, madre,
hermanos, cónyuge, hijos, etc.), los hobbies y demás datos personas como
dirección y los 15 teléfonos y correos electrónicos puede ser localizado deben
salir de un currículum no tienen cabida en estos. “El teléfono celular y un
correo electrónico son suficiente. Todo lo demás se deja para la entrevista”,
dijo Chico.
Fuente: http://www.cnnexpansion.com/
lunes, 23 de marzo de 2015
El baile mas espectacular nunca antes visto de Emily Moskalenko con su Danza Acrobata !!!!
Su nombre es Emily, tiene tan sólo ocho años de edad y viene de Ucrania. A primera vista, parece una niña frágil, delicada, pero simplemente esconde un talento increíble.
Nació con una movilidad extraordinaria, y los médicos le dijeron que sería inválida! Aun así, su madre tuvo en cuenta la intuición y estaba convencida de que su hija tenia otro destino: se hace a brillar en el escenario, el aplauso de los demás.
Con confianza, segura de sí misma y con ganas de demostrar a todos que tiene un talento especial, Emily ha preparado un momento increíble: un baile como rara vez se ve ...
El jurado estaba sin habla, la audiencia se puso de pie. Los comentarios son superfluas ...
Felicidades, Emily!
viernes, 20 de marzo de 2015
Di adiós a las molestas ojeras con este sencillo truco ¡un pintalabios!
Algo que muchos no sabían y que otros no se habrían atrevido a usarlo es este sencillo truco poner pintalabios sobre los parpados, en tonos anaranjados o rojo para eliminar las ojeras mas fácil con el maquillaje que usamos diariamente.
Y es que la ‘blogger’ Deepica Mutyala que ya cuenta con mas de 4 millones de reproducciones en youtube se ha convertido en la beauty de la semana gracias a este truco que le ha interesado a muchas personas, ya que las ojeras son tan desagradables y con el tiempo y el estrés que llevamos de vida nos aparecen constantemente, y que mejor que usar este truco para ocultarlas.
Tenemos los maquilladores profesionales que conocen la perfección y que consiste en corregir las diferentes desigualdades de color del rostro utilizando su tono opuesto. por ejemplo utilizar el tono verde para neutralizar una rojez, un anaranjado para una ojera de tipo azulado y el tono rojo como vemos en el vídeo para neutralizar las ojeras en tono verdoso de la piel de algunas mujeres, especialmente en tonos de piel media-oscura o hindú.
Resiliencia: Los 12 hábitos de las personas resilientes
¿Sabes qué es la resiliencia? ¿Quieres aprender a ser más resiliente?
A veces la vida nos
pone a prueba, nos plantea situaciones que superan nuestras capacidades: una
enfermedad, una ruptura
de pareja particularmente dolorosa, la muerte de
un ser querido, el fracaso de un sueño largamente anhelado, problemas
económicos… Existen diferentes circunstancias que nos pueden llevar al límite y
hacer que nos cuestionemos si tenemos la fuerza y la voluntad necesarias para
continuar adelante. En este punto tenemos dos
opciones: dejarnos vencer y sentir que hemos fracasado o sobreponernos y salir
fortalecidos, apostar por la resiliencia.
Resiliencia: definición y significado
La resiliencia es una capacidad que nos permite afrontar las crisis o situaciones potencialmente traumáticas y salir fortalecidos de ellas. La resiliencia
implica reestructurar nuestros recursos psicológicos en función de las nuevas
circunstancias y de nuestras necesidades. De esta manera, las personas
resilientes no solo son capaces de sobreponerse a las adversidades que les ha
tocado vivir, sino que van un paso más allá y utilizan esas situaciones para
crecer y desarrollar al máximo su potencial.
Para las personas resilientes no existe una vida dura, sino momentos
difíciles. Y no se trata de una simple disquisición
terminológica, sino de una manera diferente y más optimista de ver el mundo ya
que son conscientes de que después de la tormenta llega la calma. De hecho,
estas personas a menudo sorprenden por su buen humor y nos hacen preguntarnos
cómo es posible que, después de todo lo que han pasado, puedan afrontar la vida
con una sonrisa en los labios.
La práctica de la resiliencia: ¿Cómo
podemos ser más resilientes?
La resiliencia
No es una cualidad innata, no está impresa en nuestros genes,
aunque sí puede haber una tendencia genética que puede predisponer a tener un
“buen carácter”. La resiliencia es algo que
todos podemos desarrollar a lo largo de la vida. Hay personas que son
resilientes porque han tenido en sus padres o en alguien cercano un modelo de
resiliencia a seguir, mientras que otras han encontrado el camino por sí solas.
Esto nos indica que todos podemos ser resilientes, siempre y cuando cambiemos
algunos de nuestros hábitos y creencias.
De hecho, las personas resilientes no nacen, se hacen, lo cual significa
que han tenido que luchar contra situaciones adversas o que han probado varias
veces el sabor del fracaso y no se han dado por vencidas. Al encontrarse al
borde del abismo, han dado lo mejor de sí y han desarrollado las habilidades
necesarias para enfrentar los diferentes retos de la vida.
¿Qué caracteriza a una persona
resiliente?
Las personas que practican la resiliencia:
2. Son creativas. La persona con una alta capacidad de
resiliencia no se limita a intentar pegar el jarrón roto, es consciente de que
ya nunca a volverá a ser el mismo. El resiliente hará un mosaico con los trozos
rotos, y transformará su experiencia dolorosa en algo bello o útil. De lo vil,
saca lo precioso.
3. Confían en sus capacidades. Al ser conscientes de sus
potencialidades y limitaciones, las personas resilientes confían en lo que son
capaces de hacer. Si algo les caracteriza es que no pierden de vista sus
objetivos y se sienten seguras de lo que pueden lograr. No obstante, también reconocen
la importancia del trabajo en equipo y no se encierran en sí mismas, sino que
saben cuándo es necesario pedir ayuda.
4. Asumen las dificultades como una oportunidad para aprender. A lo largo de la vida
enfrentamos muchas situaciones dolorosas que nos desmotivan, pero las personas
resilientes son capaces de ver más allá de esos momentos y no desfallecen.
Estas personas asumen las crisis como una oportunidad para generar un cambio,
para aprender y crecer. Saben que esos momentos no serán eternos y que su
futuro dependerá de la manera en que reaccionen. Cuando se enfrentan a una
adversidad se preguntan: ¿qué puedo aprender yo de esto?
5. Practican el mindfulness o conciencia plena. Aún sin ser
conscientes de esta práctica milenaria, las personas resilientes tienen el
hábito de estar plenamente presentes, de vivir en el aquí y ahora y de tienen
una gran capacidad de aceptación. Para estas personas el pasado forma parte del
ayer y no es una fuente de culpabilidad y zozobra mientras que el futuro no les
aturde con su cuota de incertidumbre y preocupaciones. Son capaces de aceptar
las experiencias tal y como se presentan e intentan sacarles el mayor provecho.
Disfrutan de los pequeños detalles y no han perdido su capacidad para
asombrarse ante la vida.
6. Ven la vida con objetividad, pero siempre a través de un prisma optimista. Las personas
resilientes son muy objetivas, saben cuáles son sus potencialidades, los
recursos que tienen a su alcance y sus metas, pero eso no implica que no sean
optimistas. Al ser conscientes de que nada es completamente positivo ni
negativo, se esfuerzan por centrarse en los aspectos positivos y disfrutan de
los retos. Estas personas desarrollan un optimismo realista, también llamado
optimalismo, y están convencidas de que por muy oscura que se presente su
jornada, el día siguiente puede ser mejor.
7. Se rodean de personas que tienen una actitud positiva. Las personas que
practican la resiliencia saben cultivar sus amistades, por lo que generalmente
se rodean de personas que mantienen una actitud positiva ante la vida y evitan
a aquellos que se comportan como vampiros emocionales. De esta forma, logran
crear una sólida red de apoyo que les puede sostener en los momentos más
difíciles.
8. No intentan controlar las situaciones. Una de las principales
fuentes de tensiones y estrés es el deseo de querer controlar todos los
aspectos de nuestra vida. Por eso, cuando algo se nos escapa de entre las
manos, nos sentimos culpables e inseguros. Sin embargo, las personas
resilientes saben que es imposible controlar todas las situaciones, han
aprendido a lidiar con la incertidumbre y se sienten cómodos aunque no tengan
el control.
9. Son flexibles ante los cambios. A pesar de que las personas resilientes
tienen una autoimagen muy clara y saben perfectamente qué quieren lograr,
también tienen la suficiente flexibilidad como para adaptar sus planes y
cambiar sus metas cuando es necesario. Estas personas no se cierran al cambio y
siempre están dispuestas a valorar diferentes alternativas, sin aferrarse
obsesivamente a sus planes iniciales o a una única solución.
10. Son tenaces en sus propósitos. El hecho de que las personas resilientes
sean flexibles no implica que renuncien a sus metas, al contrario, si algo las
distingue es su perseverancia y su capacidad de lucha. La diferencia estriba en
que no luchan contra molinos de viento, sino que aprovechan el sentido de la
corriente y fluyen con ella. Estas personas tienen una motivación intrínseca
que les ayuda a mantenerse firmes y luchar por lo que se proponen.
11. Enfrentan la adversidad con humor. Una de las características esenciales de
las personas resilientes es su sentido del humor, son capaces de reírse de la
adversidad y sacar una broma de sus desdichas. La risa es su mejor aliada
porque les ayuda a mantenerse optimistas y, sobre todo, les permite enfocarse
en los aspectos positivos de las situaciones.
12. Buscan la ayuda de los demás y el apoyo social. Cuando las personas resilientes pasan por un suceso potencialmente
traumático su primer objetivo es superarlo, para ello, son conscientes de la
importancia del apoyo social y no dudan en buscar ayuda profesional cuando lo necesitan.
La resiliencia en los niños
Si queremos que
nuestros hijos afronten las dificultades de la vida con fortaleza es importante educarles en la capacidad de ser resilientes, para ello es
fundamental nuestro ejemplo, no sobreprotegerles y sobre todo creer en ellos.
No se trata de evitar que se caigan, sino de enseñarles a levantarse, y para
ello tenemos que confiar en que ellos pueden. Por supuesto, tampoco se trata de
exponerles a peligros o ambientes agresivos “para que se hagan más fuertes”,
afortunadamente no estamos en Esparta. Aportar seguridad y protección es
necesario. Algo importante que podemos preguntarles a los niños cuando tienen
un contratiempo si queremos que aprendan a desarrollar
la resiliencia es ¿qué puedes aprender de esto? o ¿qué puedes sacar bueno de esto que ha
ocurrido?
Fuente: www.elpradopsicologos.es